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El olor de tu música se me enreda en los dedos, y no puedo hacer nada. Me embriaga tu existencia. Me embriagan los golpes de pop y los tonos suaves interrumpidos, y las voces de orgasmos. Me duermo en las líneas que reconozco en tu voz espontánea, un sopor consciente de ti. Martillos y tecleos a lo mucho. Y tu aroma invadiendo sin tregua, recorriéndome, matándome, controlándome. Tu aroma que me obliga a desconectarme de mí y del mundo que ya había olvidado. De repente no estoy en mi cama escribiendo, sobre el segundo piso de mi casa. De repente cierro los ojos y veo tu aroma, escucho tu aroma, toco tu aroma, de repente soy tu aroma y esto se convierte en una suerte de masturbación. De repente me procuras más placer que tu presencia y mi cuello que aún se atreve a existir se convierte en un puente entre Dios y el hombre, un puente de éxtasis,un puente hecho de lo que toco veo siento escucho como digo imagino creo canto individualizo esparzo mato adoro. Un puente hecho de tu aroma, como todo en este mundo que me procuro cuando descubro lo falso que es la realidad, lo falaz del polvo cósmico, de las plantas, de la evolución y los átomos, de la reducción de la dulzura a un simple acomodo químico. La verdad es ésta, el enredo y la invasión de lo intangible, de una conjunción falsa y perfecta entre nervios y las hormonas que dejas en tus cosas. De repente me enreda la materia y la energía, la presencia y la existencia de tu aroma, de tu olor burdo y humano, de tu olor colonial, indescriptible. Ya no hay escritura y no leo esto si me descuido, porque me pierdo en la nueva realidad de tu aroma, me cobra con creces el pecado de creer en el mundo exterior de religiones y teorías. Ya no hay sol ni una rosa marchita, hay aroma, en mi cuerpo y mundo hecho de aroma y cuyas conceptualizaciones no pueden llegar a ser más que esbozos del otro mundo que me rehúso a dejar para acabar de escribirme. El aroma de tu música se me enreda en los dedos, y se introduce en mi cuerpo, y contamina mi corazón de un bienestar peligroso. El aroma de tu música me invade y me domina. El aroma de tu música, roma, aROMEA,, me pierde, me pierde. rome dde romt mscia,...