Más mierda de pensamiento. Pero ahora no me mojé. Punto. Y continuará. Punto.

Vacaciones. Santas, santas, putas, santas vacaciones. Oh, comer... comer.
Huevo. ¡Hey, Marce! Huevo. Y palomitas enchiladas en el estómago. Madre mía, y todavía es inexplicable por qué tanto cáncer e hiper-lo-que-sea y esas cosas que ya no te dejan morirte a gusto. Puta, si es inexplicable para qué tratamos de explicar. Por qué... debería copiarlo, aunque sea como borrador. Of course, nunca una entrada publicada. Demasiado entrona. Ándale, con neologismos ahora en español. Al menos de aplicación.
Oh, delicioso. Pero llamaeso, cómo, llamaeso. Lo hubiera jurado. Uno siempre jura cosas. Como que se es bastante normalito para no tener problemas. Para tenerlos, pendejo, a eso me refería. Delicioso. Exacto, tratar de parar el pensamiento de repente a la velocidad de los dedos, el ardua labor que deja esta mierda. De todos modos para qué pensar. Al final es lo mismo, la misma tesis, la misma película con un baño homosexual o un loquero loco o una mujer reivindicadora o un presidente homicida o una revista especial de national geographic. La vida es la puta vida, coño, tan puta que hay que vivirla y pensar que se ha vivido aunque no pase ni vaya a pasar nada. Aburridoooooo...

Oh, sí. Resulta que quiero la pelota que Lisa le quitó a Maggie. Y si no quiero que sea un capricho, jódete. Todo aquí lo es. Aquí es wherever y whenever y whatever y una mosca parada en la pared.

Linda pared.

Linda incomodidad. Linda, linda, linda.

Oh, delicioso. Bonitas vacaciones.

2 comentarios:

Marcela dijo...

Mira, me asomo entre tu mierda.

Lupus Ignis dijo...

has dado en el clavo, las palomitas sí estaban muy enchiladas.

Cierto, la incomodidad es linda. Nos recuerda nuestra naturaleza.

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