Jaque Mate o El rey ha muerto

Sin duda te sorprendió, como a todos, la noticia titular de todas las agencias noticieras. El rey del pop, Michael Jackson, sorpresivamente murió ayer a mitad del día por un ataque al corazón. Justo cuando las cosas apuntaban a que Michael volvería a cantar, y calmar las esperanzas de millones de fanáticos en todo el mundo, su vida fue truncada. Y de repente, todos saben y admiran al gran rey de reyes del pop. Como sucede siempre.
A mí la noticia me sacó muchísimo de onda. Personalmente no me gusta la música de Michael -bueno, el pop casi no me llama la atención-, sin embargo era algo sorpresivo el hecho. Uno se imaginaría que a Michael le quedaba mucho tiempo de vida. Era un excéntrico, sí, loco quizá, supuesto pederasta, pero nada apuntaba a que su vida terminaría tan temprano. Se le veía demacrado -tan demacrado como él mismo buscó ser-, pero no para que muriera.
El caso es que, como siempre sucede, estos días su fortuna aumentará exponencialmente. Sus discos se comprarán, se harán conciertos en su honor, homenajes, libros, películas, pequeños vídeos, sagradas consagraciones con la bandera del capitalismo oportunista. Siempre sucede. La vida y obra de alguien vale más cuando está muerto y sirven para homenajear a quien no podrá disfrutar de dicho honor. Suele pasar. No sólo con cantantes súper famosos o estrellas de cine, no sólo con polémicos personajes -a veces odiados por la multitud que luego muertos los aclama-, sino con casi todo ser humano que tuvo la dicha y la maldición de tratar con otro de su especie. La vida es así. Así está hecha por nosotros. Nuestros logros -nuestro simple logro de haber existido- no se recompensará, no se admirará ni se idolatrará como se merece -o como no se merece-hasta que no estemos sobre esta tierra. Porque nadie es profeta ni en su tierra ni en su tiempo.
Y el morbo, aunado con el consumismo, harán que cualquier empresario o mequetrefe oportunista se ponga a vender pines o banderitas.
Ayer la estrella del pop murió.
Lo que marcó el agosto de muchos, muchísimos pseudocomerciantes.
Y la agonía y enfermiza idolatría de miles de fanáticos en todo el mundo.

Uno no sabe lo que tiene, y menos lo que no tiene, hasta que lo ve fuera de su alcance. Perdido, pues.

Michael Joseph Jackson, merece por fin un descanso. No hay mejor consuelo que la muerte misma. En nombre de todas las personas que ni admiraban tu ser, ni admiraban tu música, ni tu estilo, te doy gracias por tu legado de caridad, y el más grande deseo de que descanses en paz, lejos del horrible estrés de la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita, Rogelio. Yo ya no escribo, espero que tú no dejes de hacerlo.

Un beso.

Allez Alle dijo...

Hace mucho que no pasaba por aquí sino era por lo de alle-allez
volvi! intentando resucitar mi blog xD
Hay muchas cosas que aún me quedan por decir, y que por ello debo escribir.
Has mejorada un resto xD...
Nos vemos.
Je t'aime =)

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