Heme aquí, atrapando la niebla
Publicado por Cronopio Azul en 21:54
De nuevo aquí, ahora. De nuevo en este desierto paraje, en esta zona del silencio, cumbre plana en hoyo abierto, en este tiempo donde no importa el tiempo, en este lugar donde no importa el lugar, frente a esta noche oscura con una luna apagada que deslumbra absurda ingenuidad.
Aquí y a ti, Luna blanca, Luna pura inconsciente, Luna que derrite la cera de mis plumas. Te grito aquí, en este desierto incólume, en esta isla virgen rodeada de tiburones, sobre mis pies tambaleantes que se hunden en la arena. Te llamo a ti en mi soledad desesperada, a estos miles de kilómetros de distancia, te hablo, te digo, te cuento mi alma, te grito tu respuesta: eco, y nada más.
Te confieso tu pequeñez entre las estrellas, tu ridícula apariencia falsa en una Vía Láctea poblada de luz que reflejas sin sentir, tu grandeza enterrada bajo el conejo rabioso y tosco que finge ser el adorable capricho del que eres víctima. Te descubro en tu oscuridad real, te volteo, te observo como nadie más: eres más que un adorno de la noche inmensa que ignoras, para mí eres más que una lámpara útil al atar las agujetas. Y eres más para ti, Luna humana que juega a ser Sol y Dios, Luna terca que juega a estar sobre la humanidad, plebeyo que juega a Patricio, niño que se cree su juego. Luna, te grito aunque sólo escuche el eco de mis plegarias, te hablo como a mi Dios, te pido, te trato de sentir como antes, cuando estabas, sólida y fuerte en ti misma con un dejo de humildad desechable. Te ruego que no te hundas en el infierno bajo esta tierra, porque vas allá, jugando que orbitas sin saber volar, jugando que vuelas sin poder sostenerte en pie. Luna, mis agujetas atadas no sirven para saltar a ti, cuando juegas a ser grande... demasiado alto para poder abrazarte.
Luna que no eres Luna, mi espejo no sirve si lo has de ignorar.
Aquí y a ti, Luna blanca, Luna pura inconsciente, Luna que derrite la cera de mis plumas. Te grito aquí, en este desierto incólume, en esta isla virgen rodeada de tiburones, sobre mis pies tambaleantes que se hunden en la arena. Te llamo a ti en mi soledad desesperada, a estos miles de kilómetros de distancia, te hablo, te digo, te cuento mi alma, te grito tu respuesta: eco, y nada más.
Te confieso tu pequeñez entre las estrellas, tu ridícula apariencia falsa en una Vía Láctea poblada de luz que reflejas sin sentir, tu grandeza enterrada bajo el conejo rabioso y tosco que finge ser el adorable capricho del que eres víctima. Te descubro en tu oscuridad real, te volteo, te observo como nadie más: eres más que un adorno de la noche inmensa que ignoras, para mí eres más que una lámpara útil al atar las agujetas. Y eres más para ti, Luna humana que juega a ser Sol y Dios, Luna terca que juega a estar sobre la humanidad, plebeyo que juega a Patricio, niño que se cree su juego. Luna, te grito aunque sólo escuche el eco de mis plegarias, te hablo como a mi Dios, te pido, te trato de sentir como antes, cuando estabas, sólida y fuerte en ti misma con un dejo de humildad desechable. Te ruego que no te hundas en el infierno bajo esta tierra, porque vas allá, jugando que orbitas sin saber volar, jugando que vuelas sin poder sostenerte en pie. Luna, mis agujetas atadas no sirven para saltar a ti, cuando juegas a ser grande... demasiado alto para poder abrazarte.
Luna que no eres Luna, mi espejo no sirve si lo has de ignorar.
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1 comentarios:
Escribes demasiado bien, qué buena musa resultó ser la Luna :P
... Instrucciones para llorar, esa lectura nos la leyó el profe Héctor en la clase d español, estuvo genial..
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