Inconstancia

Unos días para navidad. Venga, money, money. Venga.

Los últimos años había sido siempre más o menos consciente de lo que la navidad representa para el mundo. Pero este año, por alguna razón, los fantasmas de Scrooge no me van ni me vienen. Es sólo que tras haber recibido tantos golpes de la historia de las cosas, del mundo capitalista, de la mercadotecnia de una avenida transitada en medio de la ciudad por la cual voy, tratando de observar más de lo que veo, me lleva a un punto en el que nunca he estado. Mirar tras Bolo y descubrir al "malvado gorila" que quiere destruir la navidad, mirar tras los objetos de las vitrinas y los aparadores para descubrir los cientos de lugares de donde vinieron , los cientos de personas que trabajaron por ellos, los cientos de vidas perdidas por ellos... Es diferente. Es la maldición de la conciencia, demasiada conciencia para ser feliz. Bipolaridad, bipolaridad de ser ciego y luego ver a ratos todo, todo de golpe, todo seco, todo frío, todo muerto,todo asesino, todo amoroso asesino. No puedo, hoy es diferente. No hay nada ni nadie: motivos, los diarios; motivos, seguir viviendo para compartir el día. Motivos, seguir hasta el precipicio, al mismo que todos. Y así se ve desde el cristal claro, desde la montaña solitaria, desde la cumbre, cumbre filosa y yerma: Motivos, ninguno. El hombre ha creado a Dios y lo sigue matando diario, diario, diario.

Faltan pocos días para navidad, año nuevo, vacaciones. Veo un descanso, una limpieza de invierno, una fría época de felicidad natural, de la tregua del norte con mis gustos y deseos. ¿Debería ver lo que todos? Pero no puedo, hoy no. No hay nada... ¿Jesús? No hay nada. Money, money. ¿Humanidad unida? Tan unida como siempre, tan unida para no soportarse. No hay nada, no veo nada, nada... y allá vamos, a la misma nada de la que venimos. A nuestro génesis perpetuo de nada, nada tras nuestro gran todo. ¡No veo nada! ¿Qué me pasa? ¿Debería ver lo que los demás fingen? ¿Debería fingir que los demás no fingen?

Amor... parece tanto cuando se ve desde este punto, en que no está, en que no se sabe, en que no se quiere ni querer... Amor, ¿cuándo nos dejaste solos? O dónde rayos estás, cómo rayos eres, qué rayos eres para ser una ilusión tan real, para parecer inexistente en tu realidad...

¿A quién le hablo? ¿Dónde estoy sino es en una cumbre sin ti, sin segunda persona, sin nada más que una conciencia que no me deja ser feliz? ¿A dónde voy sin la meta de completar una miserable crítica del capitalismo voraz de finales de diciembre?

¿A dónde voy con esta bipolaridad que no me deja más que deseos de abrazarte y sentir que existes, que eres mi mundo... Que me gusta el frío por que me recuerda que tengo tu calor? ¿A dónde voy si te vas de aquí, sin dejarme tu calor?

¿A dónde voy sin saber hacia qué sur ir?

Navidad, hoy o mañana. No son nada, no veo nada.

Son simples días... otros días más sin ti.

3 comentarios:

Ale : D dijo...

oye, sujeto con conciencia!
¬¬ aqui habemos otros con terrible sensibilidad... te falta quitarte la venda para ver las cosas simples y hermosas de la vida. Tal vez seguimos pidiendo demasiado, tampoco se trata de conformarse, simplemente ser feliz con el simple hecho de estar aquí y estar vivos. Leer la biblia es bueno, en ocasiones, cumple la mera función de un libro con un buen consejo ante una duda desesperada.
Te aconsejo que lo hagas,
y que te resignes a mi =P
jajajajajaja ¬¬ nah, no soy premio de consolación!
te quiero, dramatico favorito ^^
chao!

Héctor Manuel Lujambio Valle dijo...

Hola mi amigo, muy nihilista esta visión del día de "hoy" jeje. Hay días que uno se levanta y definitivamente no puede evitar ver lo malo de las cosas, y es bueno, nos hace críticos y no parte de la borregada.

Sin embargo, es importante que destaquemos siempre las cosas buenas de la vida, que hay en verdad demasiadas. La navidad ciertamente se ha convertido, como tú bien lo decías, en una celebración comercial donde sólo importan los regalos y la cena. Pero hay que recordar la esencia de la misma.

Aún antes de la cristiandad, el 25 de diciembre era una fecha importante, el Renacimiento del Sol, de la Luz, el triunfo del Bien sobre el mal. Y por ende, una época de regocijo y dicha.

Hay que recordar siempre las cosas buenas y
luchar diariamente por cosas mejores. Lo malo y lo vil ahí estarán siempre, pero debemos vivir cada día al máximo disfrutando de las bendiciones diarias de la vida.

Cuídate mucho, buen blog. Ya lo agregué a mi lista. Espero seguir leyendo tus textos que son muy buenos. Un saludo.

Anónimo dijo...

ROGE!!!

Oye, ¿te unes a Komi taka? Mamá y yo estamos trabajando para enriquecerlo, ¿te unes? =D


Saludos! :D

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