Crónica de una lágrima

¿Por qué?

¿Por qué es tan difícil no salir, por qué sigo estando aquí?
¿Por qué sigo abundando, por qué es tan difícil cumplirte la promesa?
¿Por qué es tan fácil decirlo, y tan complicado permanecer aquí, presa?

En tu alma que no aguanta, en tu ser resquebrajado
En tu realidad monocroma y borrosa, realidad de un nombre que no corresponde.

¿Por qué? ¿Por qué sigo aquí?
¿Por qué no puedo ser parte de tu felicidad como aquella vez,
aquella de tu idiota esperanza en lo único que nunca pudo ser?

¿Por qué no me dejas libre, si tanto te sigue doliendo?
¿Por qué ahora no soy nada si antes era tu único consuelo?

¿Por qué te esfuerzas? sigues el mismo.
¿Qué demuestras? eres tú y nada más.

Déjame volar, déjame gritarte;
déjame correr, déjame ser tú;
déjame ser tu medio para condensar su recuerdo.

¿Por qué es tan difícil tratar de hacerte caso?
¿Por qué tengo que estar aquí, donde quemo más?
¿Por qué tengo que clavarme en ti cual estaca, donde arde más la llaga?

Deja de mostrarme el cielo al asomar por tu ventana;
déjame ver de nuevo tu regazo, tus manos cerradas en torno a las palabras
Déjame ser tú y olvidar fugazmente el pensamiento

¿Por qué tengo que presidir oculta aquí?
¿Por qué debo someterme ante ti, que más me quiere?
¿Por qué me rechazas ahora que no puedes con nada, con nadie?

Te darás cuenta de lo que importa cuando ya no te importe,
Pero te darás cuenta de lo que importa.
Temes, ¿verdad?

¿Por qué sigues mintiendo, por qué no me llamas de nuevo?
Séte fiel, dices
¿Por qué no te eres fiel a ti, que le eres fiel a ese humano?

¿Por qué, por qué no me dejas salir?

...


-Por que ya fue demasiado.

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