Sí, un pinche abrazo

Sí, un pinche abrazo
Un pinche abrazo que nunca me dio.
Un pinche abrazo que esperaba, que había esperado por meses, que nunca llegó.

Sí, un pinche abrazo.
¿Qué no pude merecer ser feliz una vez más?

Sabía que esa alma era el motor de mi vida,
sabía que es cuerpo era mi combustible,
sabía que ese ser era mi fe, mi esperanza, mi amor.

Pues ese pinche abrazo se puede ir al infierno.
Ese pinche abrazo y mi efímera vitalidad con él.

Ese pinche abrazo  puede quedar enterrado, con todo lo demás;
con el salitre del agua y  las letras suplicantes;
con las esperas sin objeto y la necedad ingenua,
con el idiota y más grande bienestar.

Ya, ni siquiera eso me quiso dar. 
Pues ya, le daré lo que busca.

Si ni un pinche abrazo me pudo dar
esto es lo que busca, esto quiere,
Aquí ya no voy a estar.

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